Las viviendas populares, los conventillos y ranchos urbanos y semiurbanos, reflejaron el modo de ser de una cultura, el modo de vivir de la gran mayoría de los porteños en tiempos en que la ciudad creció demográficamente y las viviendas y áreas llamadas "decentes" no daban abasto a la imperiosidad de buscar ganarse la vida en la urbe y hacerse citadino. En los barrios marginales de ranchos y de conventillos se expresaba lo más genuino de la vida urbana, lo popular, la vida de los más humildes que forjaron una forma de existencia arrabalera, quizá un substrato importante de la chilenidad. En este artículo nuestro objetivo es distinguir una tipología de conventillos - sin entrar en detalles de su descripción -, y perfilar la imagen, representación mental o percepción que de ellos se tenía en su época dorada, 1880-1920.